23 abr 2015

Una rosa para Abel

Una rosa negra, el dia de Sant Jordi, en recuerdo de Abel
El lunes, un profesor sustituto, de vuelta del trabajo, fue recibido con abrazos. Pudo sentir el amor de sus hijos, algo que todavía no se puede comprar en vuestro podrido mundo de humanos. No es habitual, algo les pasaba. Su hija pequeña le dijo: “Creía que te habían matado”. El mayor añadió: “Estábamos muy preocupados, como dijiste que ibas a Barcelona”. Naturalmente, habían visto las noticias o alguien les había contado que un alumno había matado a un profesor de Sociales en un colegio de Barcelona. Sí, sí, el hombre es profe de Sociales también. Le pudo tocar a él, le pudo tocar a cualquiera de los miles de interinos apuntados a la especialidad de Historia.

Homenaje al profesor asesinado

El tipo trabaja cuando puede. Hay muchos niños pero sobran profesores, dicen desde la Generalitat. Son miles los interinos que vagan por el desierto del paro en busca de la tierra prometida de la ESO. Una tierra habitada por seres egoístas y maleducados que lo tienen todo y no valoran nada. Y es en esta tierra, donde los profesores se sienten a veces tan solos, que murió un profesor de Sociales ¿Por qué?, se pregunta todo el mundo. ¿Qué hemos hecho mal? Nadie lo sabe, pero los medios despachan a gusto su bazofia sensacionalista. Pocos hablan de la víctima. Abel, es su nombre, el verdadero héroe que dio su vida para proteger a sus alumnos. Murió en acto de servicio, no huyó, plantó cara al agresor y éste lo mató de un machetazo. Je suis Abel, todos somos Abel. Hoy, día de Sant Jordi, le regalamos una rosa, una rosa negra para llorar su muerte. Una rosa para recordar su valor, para no olvidarle....

Caín el primer asesino
Caín, el primer asesino de la historia, mató a Abel. Cientos de años después, otro Caín mató a nuestro Abel, el primer profesor español que pierde la vida a manos de un alumno. Era un asesino con causa: matar alumnos y profesores, sobretodo profesores. No eligió un youtuber o el diseñador de un juego violento, eligió un profesor, un hombre sabio. Los profesores estáis en la diana: insultos; amenazas; agresiones. La sociedad no os respeta. Y los niños lo saben. Los blancos sois la única raza que desprecia a sus mayores. Algo no funciona en vuestros cerebros.

Mañana, si quiero, hablaré del otro protagonista: el asesino, “un chico fantástico”, declaró a la prensa el valiente profe que lo calmó. A veces es mejor cerrar la boca. Las palabras, queridos amigos, las carga el diablo

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